Cucos Racing

Carrera declarada en seco.
Pasaban pocos minutos de las 9 de la mañana de aquel domingo cuando finalmente, y no sin antes estar dudando cierto tiempo frente a la gasolinera de Jarilla, decidimos salir con nuestras máquinas a dar una vuelta. Tras la decisión de salir, quedaba otra aún más difícil, ¿dónde cojones vamos ahora con estas nubes amenazando la sensibilidad que nuestras niñas muestran ante esa fórmula llamada H2O? Y es que con un poco de agua los cucosracing pasan a ser los cuscostouring. Nada más salir de Peñaflor comenzó a diluviar. Aún no habíamos llegado a Palma del Río cuando algún móvil que otro comenzó a sonar. Sí señor, alguna parienta que otra preguntaba por nosotros en vistas al tiempo que hacía en esos momentos en nuestro pueblo. Una vez llegados a Palma del Río lo suyo era, como no, un buen café calentito y una tostá con aceite y jamón por cada par de ruedas. Que, por cierto, el jamón picado no gustó a nadie. "Picada aceptamos la carne de las hamburguesas y las albóndigas, que el jamón mejor lo comemos en lochas", pensamos todos.
No tardó mucho San Pedro en decir "aquí estoy yo" y tras el desayuno salimos pitando para Écija esquivando las cuatro gotas que nos dejó el beato. De aquí cogimos por la nacional IV hasta La Carlota y, sin que sirva de preocupación para nuestras mujeres, llegamos hasta el Escándalo. Una breve paradita a las puertas de "aquella granja" y decidimos finalmente salir dirección a Posadas. Si alguna que yo me sé está leyendo esto que no se mosquee que la granja estaba cerrada y el hecho de parar allí fue meramente estratégico. Además de que los conejos estarían descansando por estar cerrado el local, a nadie se le ocurrió ni el más simple y fácil chiste para la ocasión. Al llegar a Posadas y tras la parada de rigor para echar gasofa, salimos a buscar nuevamente Palma del Río con la vista puesta en el origen de partida, Peñaflor. A pesar de ir todo el trayecto controlando las nubes que acechaban nuestros cascos, finalmente el paseo mereció la pena y nos quitamos los dos monos que llevábamos: el puesto para la ocasión (el de cuero) y el que llevábamos y siempre llevamos innatos en nuestras almas (que no es otro que el mono de todo motero, la pasión por la moto). Ya de vuelta anclamos en el Bar Central y, sin apenas haber probado una gota de agua, aprovechamos el momento para cambiar de tercio, del agua a la cerveza, dando las gracias a que la carrera fuese declarada en seco.

Foto: de izda a drcha y en círculo: Cano-Rossi, Lebo, Javi,Gustavo, Pedrosa, Fran-Rossi,

Zumbi, Valentino, Yani y Joaquín. La Gata y Guillermo estaban al llegar.